¿Cómo reconocer problemas de humedad?
Cuando veamos paredes desconchadas, condensación de agua en las ventanas, o moho en las paredes, techos o suelos … es evidente que tenemos un problema de humedad en nuestro hogar.
Debemos ser cautos especialmente cuando veamos manchas de moho, pues éste supone un grave riesgo para nuestra salud (especialmente en bebés y personas mayores) porque sus esporas se propagan por el aire y las inhalamos provocando o agravando, a largo plazo, problemas respiratorios (asma o alergias), enfermedades respiratorias y pulmonares (bronquitis). La humedad en sí provoca dolor de cabeza, cansancio, dificultad para respirar y malestar general, especialmente en personas mayores que sufren reuma.
Por eso en cuanto detectemos que hay manchas de moho, deberemos tomar las medidas necesarias para evitar que se propague aún más. Con una espátula hay que rascar bien la zona de la pared afectada y luego limpiar muy bien la zona con agua y jabón, y cepillar si fuese necesario, hasta eliminar por completo cualquier rastro. Debemos protegernos la cara y las manos para evitar que el moho entre en contacto con los ojos, nariz o la boca; usaremos gafas y mascarilla o un pañuelo. Una vez terminado, debemos secar perfectamente la superficie, ya sea ventilando o dándole calor con un secador de pelo o un calefactor.
También es importante revisar el interior de los armarios, especialmente si son empotrados en la pared, porque la humedad de la propia pared puede traspasar al interior provocando malos olores que se adherirán a la ropa.
Las manchas de humedad pueden haber sido provocadas por el propio vapor de agua que hay en el ambiente o por el deterioro de las paredes o las tuberías que presentan grietas, goteras o fugas, que al fin y al cabo, son graves problemas que afectan a la estructura propia del edificio. Si encontramos grietas en las paredes, pueden ser responsables de que se esté filtrando agua del exterior al interior. En estos casos debemos llamar a un técnico para que analice cuál es el origen y reparar la zona afectada.
También podemos encontrar humedad por capilaridad, la cual se caracteriza por aparecer en plantas bajas o sótanos y no superar el metro de altura, es la propia humedad del subsuelo que no está bien impermeabilizado y asciende a las paredes.
Una de las principales causas de que nuestro hogar esté húmedo es que no reciba las suficientes horas de sol al día o que tenga una ventilación insuficiente. Otra es tener un mal aislamiento en los cerramientos; para identificarlo tan solo debemos ver si en el interior de las ventanas se condensa vapor de agua formando gotas, como si el “vidrio llorara”.
El mal aislamiento de las ventanas puede deberse a varias causas:
- La unión de los perfiles no está bien sellada, para solucionarlo deberemos aplicar en todas las uniones spray de silicona líquida.
- El sellado exterior de la ventana está deteriorado y el agua se filtra entre la ventana y la pared. Para remediarlo debemos retirar todos los restos del sellado antiguo, limpiar bien la zona y volver a sellar todo el exterior. O llamar a un especialista si comprobamos que la zona es de difícil acceso
- Las vías de drenaje del agua están obstruidas y provocan que el agua busque otro lugar por donde salir. Para ello solo debemos limpiar periódicamente los orificios de drenaje. Si desconocéis cómo limpiar estas zonas de las ventanas, os recomendamos leer nuestros consejos de mantenimiento y limpieza para sistemas de aluminio, donde detallamos todos los trucos pertinentes.
No obstante, quizá quien más humedad genera en un hogar son sus propios huéspedes: al cocinar, ducharse, … y con la propia respiración se va acumulando vapor de agua que se queda en suspensión.
Sabemos lo molesto que es tener problemas de humedad en casa; por eso, desde IDh os damos los siguientes consejos para combatir y evitar que se genere un exceso de vapor de agua en el ambiente que acabará en suelos, paredes, ventanas y en el mobiliario:
- Ventilar. Nada más levantarnos o a lo largo de la mañana es recomendable ventilar las distintas estancias, con tan solo 5 minutos es suficiente, pero podemos dejarlo más tiempo para que el aire fresco circule por toda la casa. También os recomendamos los sistemas de microventilación de IDh, que ayudan a mantener la calidad del aire y renovarlo sin necesidad de abrir toda la ventana, evitando así la pérdida de energía.
- Regular la calefacción: Ya os dimos algunos consejos para ahorrar energía en invierno que os pueden interesar también durante el otoño. Uno de ellos era la temperatura ideal de la calefacción para espacios cerrados, que se debe situar entre los 19 y 21º C; de esta forma, ahorraremos energía y no provocaremos más vapor.
- Cerrar las habitaciones más húmedas. El cuarto de baño y la cocina son las zonas donde más se genera humedad a lo largo del día, por eso es recomendable cerrarlos mientras hacemos uso de ellos para evitar que se propague el vaho. Cuando terminemos aprovecharemos para abrir y ventilar.
- Usar el extractor de aire. Cuando cocinemos es recomendable siempre hacer uso de tapaderas y poner la campana extractora; al igual que cuando nos duchemos, procurar que sea una ducha corta y conectar el extractor para que saque toda la condensación. Debemos acostumbrarnos a dejar el cuarto de baño limpio y seco tras ducharnos.
- Perfiles con RPT (rotura de puente térmico). En nuestra última publicación os destacamos las principales ventajas de los perfiles con RPT. Una de ellas es que nos ayudan a evitar que el agua se condense en los vidrios.
- Colocar antihumedades. En el mercado podemos encontrar varios recipientes antihumedades pensados para colocarlos en zonas pequeñas como armarios o despensas. Para zonas mayores podemos incorporar deshumidificadores que absorberán la humedad de las distintas estancias.
Siguiendo estos sencillos consejos durante los meses de octubre a febrero, nos será más fácil luchar contra la humedad. No obstante, debemos vigilar aquellas zonas que son más propensas a formarse manchas de moho como los sótanos, las ventanas o el interior de los armarios empotrados. En cuanto las apreciemos, debemos analizar si el foco del problema es una fuga o filtración para tomar las medidas oportunas.
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